Los habitantes del corregimiento de Pital de Megua, en el municipio de Baranoa, han formado un bloqueo a la Carretera Cordialidad debido a los altísimos costos de energía que pagan a pesar de su situación de vulnerabilidad económica y social.

La pobreza energética a la que están sujetos los habitantes de la costa Atlántica es la versión mas aguda de las carencias impuestas sobre los colombianos por una regulación deficiente, que permite abusos por parte de las generadoras e impone costos a los usuarios finales no siempre respaldados por la realidad de los costos del servicio. Los resultados son visibles hoy en la vía cordialidad; una población llevada a un punto de desesperación y obligada a manifestarse de forma disruptiva, significa que el proceso político no les resuelve el problema y no se han tomado medidas como las propuestas por ELECTRA, de repensar el modelo regulatorio de formación de los precios.

La crisis energética a la que nos enfrentamos los colombianos no es un problema meramente económico, ni es debido únicamente a la coyuntura de El Niño. Es un problema de voluntad política que amenaza no solo la calidad de vida de millones de colombianos, sino que también pone en juego la estabilidad política y social del país. Lo habitantes de Pital de Megua merecen soluciones inmediatas, pero no solamente ellos; el país entero debe demandar reformas integrales que nos saquen de la pobreza energética en la que estamos sumidos desde hace años.