Eficiencia energética

Rodrigo Villamizar

El autor fue Ministro de Minas y Energía de Colombia, Embajador, es Chairman de Borametz Group (USA), Presidente de la Junta Directiva de Deinland y Kaiserwetter Energy Asset Management (Hamburgo), Codirector de The Legacy Group of Washington DC, profesor Visitante de la U de San Diego y de IEB-Complutense de Madrid.

Colombia es un país muy rico en energía, pero los colombianos son energéticamente pobres. En el índice GINI de desigualdad, Colombia marca 53, lo que indica una economía altamente desigual. Pero el GINI energético es mucho peor aún, allí marcamos 85: pocos consumen mucho y muchos consumen muy poco, y el resultado es un agregado de consumo bajo.

El mes pasado notamos que Colombia enfrenta precios de electricidad mucho más altos que otras economías comparables a la nuestra, e incluso que los colombianos pagamos más por la electricidad que países más ricos como EEUU y Japón. Esto se debe en gran parte a que nuestros niveles de generación son insuficientes.

Pero, ¿Por qué Colombia produce menos electricidad que países similares en nivel de desarrollo y con muchos menos recursos naturales? ¿Qué implicación tiene ello con relación a la ‘productividad energética del país’?  

Volvamos a mirar la comparación entre Colombia y otras economías de tamaño similar. La tabla adjunta compara los siguientes factores: el ingreso per cápita, la generación de electricidad, el consumo per cápita de electricidad y la posición de cada país respecto de la cantidad de energía utilizada para producir $1.000 dólares de PIB. Allí se puede observar que Colombia es el país más ‘pobre’ entre economías de tamaño similar, en términos de lo que consume cada colombiano, ocupando el puesto #116 en la clasificación de países del mundo. 

         PAISPIB/cap (miles us$)Electricidad      (GW)EE/Cap (Puesto)EE/PIB  (kW/000$)
🇸🇬 Singapur 66.213232
🇭🇰 HongKong53.4152738
🇨🇱 Chile19.1307285
🇨🇴 Colombia6.51811656
🇷🇴 Rumania15.7218467
🇫🇮 Finlandia56.1222070

La combinación del bajísimo consumo eléctrico per cápita y la demanda insatisfecha, se debería reflejar en condiciones de producción muy inferiores a las que demuestran las estadísticas. Sin embargo, esto no ocurre gracias a   incrementos en la productividad energética, es decir, producir más productos y servicios con menos energía. En efecto, la productividad energética de Colombia es más alta que en otros países de tamaño económico comparable, lo que significa que nuestro uso de la energía es más eficiente que Chile, Rumania y Finlandia.  

Esto, sin embargo, no es sostenible sin aumentos netos de generación eléctrica. Sobre todo, cuando sabemos que Colombia  está  dotado de recursos energéticos para aumentar su generación, tanto térmica como hidráulica.

Ahora, el mejor indicador de productividad energética colombiana es algo llamado intensidad energética, que se define como ‘la energía usada para producir $1.000 dólares de Producto Interno Bruto’. Un buen índice de intensidad energética se traduce en aumentos de competitividad de la industria colombiana.  Si el país lograra suplir sus necesidades energéticas y controlar su precio, la economía colombiana sería mucho más competitiva y veríamos mayores tasas de crecimiento y menor desempleo e inflación.

Colombia puede y debe aumentar su oferta eléctrica con fuentes diferentes, preferiblemente renovables, para generar en tiempo récord una oferta que la ponga al mismo nivel de una economía como Chile. Esto requeriría instalar 3 GW por año en los próximos 6 años (hasta 2030), lo cual permitirá que Colombia sea aún más competitiva a nivel global e incremente su eficiencia e intensidad energética en niveles importantes.  

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