El mal aliento del sector eléctrico colombiano

Rodrigo Villamizar

El autor fue Ministro de Minas y Energía de Colombia, Embajador, es Chairman de Borametz Group (USA), Presidente de la Junta Directiva de Deinland y Kaiserwetter Energy Asset Management (Hamburgo), Codirector de The Legacy Group of Washington DC, profesor Visitante de la U de San Diego y de IEB-Complutense de Madrid.

Los problemas que arrastra el mercado eléctrico le generan mal aliento

Se podría uno imaginar la actividad diaria de los mercados económicos como la RESPIRACIÓN de los seres humanos. Pues un buen ‘aliento’ significa que el mercado es amplio, abierto y de buen olor. Uno cerrado, sin aireación (poco competitivo y alta concentración), refleja un mal aliento. Por ‘mal aliento’ entendemos ‘mercado concentrado’ y controlado por precios muy superiores a los que se darían en uno competitivo.

Así como hay formas de medir el aliento y remedios para neutralizarlo, se nos ocurre que una forma de hacerlo para el caso del mercado eléctrico es aplicar el índice Herfindahl-Hirschman, o HHI, que las autoridades antimonopolio utilizan para medir el grado de concentración en una industria. El índice HHI nos permitirá determinar si el mercado eléctrico presenta mal aliento.

El “HHI”, medida comúnmente aceptada de concentración de mercado, se calcula elevando al cuadrado la participación de mercado de cada empresa que compite en el mercado y luego sumando las cifras resultantes. Por ejemplo, para un mercado formado por cuatro empresas con participaciones del 30, 30, 20 y 20 por ciento, el HHI es 2.600 (= 30² + 30² + 20² + 20²).

Si el HHI es cercano a cero (mercado compuesto por un gran número de empresas), estaríamos frente a un mercado de buen aliento. Si, por el contrario, alcanza su máximo valor de 10.000 puntos, el mercado —controlado por una única empresa— reflejaría el peor aliento posible.

En la práctica, tanto en las empresas como las personas, predominan quienes tienen ‘aliento’ neutral. Es decir, quienes tienen valores de HHI entre 1.000 y 1.800 puntos. Por encima de 1.800 puntos  se consideran altamente concentrados. Cuando el HHI aumenta en más de 100 puntos con la entrada de un nuevo jugador, las autoridades competentes consideran que dicha empresa mejorará el poder de competencia del mercado.

Un mercado como el S&P 500 se considera un mercado bien diversificado y “competitivo”. Pero no es necesario tener 500 millones de empresas para asegurar un mercado con alrededor de 1.000 puntos. De hecho, cuando se hacen los cálculos, a partir de 60 empresas se obtiene una ponderación relativamente igual.

Análisis serios (incluido uno de Electra) han demostrado que los 4 mayores productores de electricidad (principalmente hidroeléctrica) han aprovechado su mal aliento para obtener beneficios muy superiores a los que habría obtenido en un mercado competitivo. Pero no son los únicos culpables. También influyen los precios marginales de subasta en la bolsa diaria y también precios superiores a los costes reales cobrados por quienes transportan los electrones (ISA y XM).

Estos “abusos” (precios que exceden en órdenes de magnitud los costos marginales reales) han desafiado hoy a los consumidores de electricidad de una manera que no se había visto en casi 40 años. Los precios de la electricidad han sufrido un “reequilibrio especial” en tiempos de fenómeno de El Niño como el vivido en la primera parte de 2024, generando una crisis que el gobierno no pudo resolver. Milagrosamente, el fin del Niño y la abundante agua vertida en los embalses detuvieron un casi seguro racionamiento eléctrico como sucedió con el agua en las principales ciudades del país.

El mal aliento en el sector ha sido un desafío para los inversionistas, el gobierno y sus mecanismos regulatorios de maneras inesperadas. Por un lado, hay evidencia de que esta situación se repetirá en los próximos años, especialmente por la falta de capacidad adicional requerida y el exceso de demanda insatisfecha de gas por parte de las centrales eléctricas de apoyo. Todo esto es agravado por las empresas que lideran el mercado al alza, magnificando el riesgo de concentración.

No es necesario ser médico para ‘oler’ cuando algo anda mal en el aparato digestivo. El precio internacional promedio esta en 10 centavos de dólar por kilovatio-hora. Tomando un grupo de 87 países, la Universidad de San Diego determinó que 45 gozan de niveles por debajo de 6 centavos por kilovatio-hora. Los 9 que están por encima de 14 centavos por kilovatio-hora poseen muy mal aliento.

En el sector eléctrico colombiano actual algo huele muy mal. La causa principal es el régimen regulatorio obsoleto que lo controla y que permite abusos de poder por parte de los principales generadores. El hecho de que el sistema actual haya logrado un historial satisfactorio de ausencia de grandes apagones o caídas de tensión no es suficiente para justificar las tarifas más altas que las justas que pagan los colombianos por la electricidad (a veces más altas que las de Europa o América del Norte). ¿El sector eléctrico? Ningún ‘listerine’ es suficiente. Colombia necesita un nuevo modelo regulatorio justo y eficiente.

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